Azul, blanco y rojo, los tres colores “club”, reinan nuevamente en las colecciones. A veces solos, otras unidos para formar contrastes llamativos y juveniles.
La influencia militar se hace sentir en la moda de esta estación fría, aportando todos sus elementos para los abrigos de corte netamente sport. Se ven tapados rectos con grandes bolsillos aplicados y botones dorados o plateados.
El vestido negro es imprescindible en el vestuario de toda mujer elegante. Para animar su seriedad, el jabot o el cuello blanco se hacen presentes.
Los creadores de la moda se siguen preocupando por poner en relieve los detalles; uno de ellos es el cinturón, que ha vuelto definitivamente no solo para adornar, sino para transformar el vestido.
El ruedo sigue descubriendo las rodillas a pesar de algunas tentativas de alargar la falda. Los cuellos, cuando existen, son redondeados o rectos. Ultra femeninas, las mangas vaporosas con anchos puños abotonados acentúan el encanto nocturno.
Las telas ofrecen un panorama variado: con cuadros chicos o grandes los escoceses compiten con los pied-de-poule, el príncipe de Gales muestra su sobriedad distinguida, las lanas fantasía se presentan en una gama de colores delicados y, para las horas de gran vestir, el lamé, el brocato y las telas cubiertas con lentejuelas brillan alegre y suntuosamente bajo las luces.
Temporada N° 257
Junio 1968
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