miércoles, 30 de mayo de 2007

Historias de Hollywood V

Grace Kelly fue soberbiamente vestida por una diseñadora legendaria: Helen Rose, que creó los vestidos de princesa que Grace lució en una película profética: "El cisne", y en su último filme: "Alta sociedad". Fue también la diseñadora de su traje de novia, elaborado con un encaje de cien años de antigüedad que compró a un museo. Aquel vestido fue el secreto más celosamente guardado de la Metro, y viajó desde América a Mónaco en un baúl parecido a un ataúd para esquivar la curiosidad de los paparazzi.

lunes, 28 de mayo de 2007

Elegancia se dice Erté

Ruso de nacimiento, el aristócrata Romain de Tirtoff, es rebautizado Erté (pronunciación francesa de sus iniciales) cuando se traslada a Paris en 1912.
Allí su carrera lo lleva a trabajar para Poiret, la casa de Alta Costura más importante del momento, a diseñar el vestuario de operas y obras de teatro y los trajes gloriosamente extravagantes del vestuario del Folies-Bergere, blanco de los escándalos de Paris, explotando al máximo su gusto por lo exótico y lo romántico.
En 1925, es invitado a Hollywood, como vestuarista de películas, por Louis B. Meyer, jefe de la Metro-Goldwyn-Meyer.
Como ilustrador de modas trabajó para "La Gazette du Bon Ton" y para "Harper´s Bazar" durante 22 años, produciendo cerca de 250 cubiertas, innumerables dibujos y algunas de las mujeres más encantadoras.
En 1988 sus mágicos y elegantes diseños para el musical “Broadway Stardust” le valieron el titulo de “príncipe del teatro de variedades”
Murió en abril 1990 a los 97 años.

sábado, 26 de mayo de 2007

Maestros: Fortuny

El modelo Delfos creado en 1907 fue calificado de inmediato como obra de arte. Inspirado en los chitones de la Antigua Grecia, era un vestido que sin mostrar nada, tampoco escondía y proporcionaba a la mujer la libertad de movimientos que anhelaba. Así, esta túnica de seda plisada que caía desde los hombros hasta los pies sin costuras, se convirtió en el último grito entre las estrellas de la danza moderna, como Isadora Duncan o Martha Graham.
Mariano Fortuny nació en Granada en el seno de una familia de artistas. Se consideraba únicamente pintor, aunque desarrolló talentos de lo más dispares. Fue ingeniero, fotógrafo, inventor, impresor, coleccionista y descubridor.
Su interés por las telas y los colores le llevó a trabajar con terciopelos, sedas y a experimentar con las técnicas del estampado.
El Delfos nació de un simple retal de seda que Fortuny consiguió plisar de forma permanente con un método secreto que todavía no ha logrado aclararse. Otro misterio lo constituyen los sutiles matices cromáticos de la tela. Todos estos detalles convirtieron al vestido de Fortuny en una pieza de museo.

viernes, 25 de mayo de 2007

Viejo Buenos Aires de 1810

Los miriñaques cayeron en desuso junto con la cabeza de Maria Antonieta, y desde la Revolución Francesa -cuyos ideales habían enraizado bien en un sector de la sociedad porteña- en cuestión de modas, primaba el que pasaría a la fama con el nombre de Estilo Imperio gracias a Napoleón Bonaparte. Las damas usaban lánguidos vestidos de talle alto, sin mucho frunce, al punto de llamarlas faldas de medio paso, de telas ligeras aun en el crudo invierno, no se usaba demasiada ropa interior ni siquiera como abrigo, de modo que la enfermedad en boga de 1810 era de 'la enfermedad de la muselina': un resfrió pertinaz y tos que no se curaban hasta la llegada del calor. Peinetas si se usaban, pero no esas rejas de arado de 1840, sino que eran pequeñas y se usaban para sostener el cabello: no se habían inventado los invisibles, la hebilla francesa, ni los broches para el cabello, como tampoco la permanente. Los rizos se hacían día a día, con una tenacilla de rular, un hierro candente que requemaba el pelo de las pelilacias, de ahí que primaran los recogidos con un aire 'clásico'.
El pueblo, se cubría la cabeza con un buen poncho de vicuña, más criollo y menos romántico, pero más abrigado que los chales. Como primaban los aires afrancesados, la clase alta usaba sombreros de forma vistosa. Las mantillas de encaje, eran para la iglesia, que se usaron hasta bien entrado el siglo XX. Los hombres también seguían la moda francesa, con ajustados calzones que los hacia parecer en ropa interior, medias a la rodilla de seda, chapines o zapatos bajos y chatos; y lo que faltaba de ropa debajo de la cintura sobraba por arriba: dos o tres camisas, chaleco, pañuelo de varias vueltas al cuello, chaleco y como abrigo, una especie de saco que se llevaba abierto para lucir la ropa de abajo.

jueves, 24 de mayo de 2007

¡Quítate el pelo de la cara, Veronica!

Constance Ockleman nació en Brooklin en noviembre de 1919 y su gran fama la ganó gracias a su influencia en la estética y la moda durante la década de los cuarenta; sobre todo en lo referente a su peinado, conocido como Peek-a-boo-bang, consistente en que una mata de su impresionante cabello platino le cubría el ojo derecho. Su pelo y su tremenda elegancia la convirtieron en una diva cargada de sofisticación y suntuosidad, pese al lastre de su baja estatura. Su belleza y su voz opaca y ronca eran ideales para los papeles de mujer fatal del cine negro de la época. En definitiva, Veronica Lake fue una diva de transición entre las oscuras damas de los años 30 y las más mortíferas y ambiguas que surgieron en los 40.
La Paramount la descubre y la hace debutar de inmediato en "Vuelo de águilas" (1942), a raiz de lo cual la crítica de Nueva York afirmó: Sólo demuestra talento para lucir vestidos largos.
Tras sus primeros papeles, llegó a ser una de las chicas preferidas de los hombres americanos, sobre todo los soldados del frente.
Justo cuando empezaba a reinar en Hollywood se produjo el hecho que marcó su vida y su carrera: el Departamento de Guerra de los EEUU exigió a la Paramount la prohibición del célebre peinado de la diva, puesto que, según ellos, las chicas que trabajaban en las fábricas de armamento lo estaban imitando y, al llevar un ojo tapado, se estaban produciendo numerosos accidentes. Su peinado entró así en la historia, con la misma facilidad con que Veronica Lake salió de ella.

miércoles, 23 de mayo de 2007

martes, 22 de mayo de 2007

Magdalena

... El destino quiso que a la fiesta concurriera la propietaria de una casa de alta costura: Leda Fiori, una italiana opulenta que me felicitó calurosamente al terminar el desfile. "Esa muchacha", me dijo, "es de un chic poco común. Y usted sabe vestirla. Venga el lunes a verme. Creo que puedo hacerle una oferta interesante"
Aquel lunes, en su negocio de la plaza San Martín, Leda Fiori volvió a ponderar la interpretación que yo había hecho de la reina de Saba, mi talento, mi audacia. ¿Me gustaría diseñar modelos y alhajas exclusivos para ella? En cuanto a Magdalena, no lo dudaba: era el maniquí ideal para llevar mis creaciones. Acto seguido mencionó una tentadora suma que recibiría en caso de aceptar su ofrecimiento. Vacilé en contestarle. ¿Podía acaso un artista rebajarse al mundo arbitrario y cambiante de la moda? Al vestir a Magdalena había sentido que su cuerpo era un pretexto, un apoyo para expresar una intuición de belleza reñida con el gusto común de la gente. Leda Fiori pareció adivinar mis pensamientos. Sus palabras me tranquilizaron. "Usted tendrá plena libertad en su tarea" me dijo. "Le auguro un gran éxito. Hay en usted algo místico capaz de enloquecer a las mujeres"
...

Vestir a Magdalena
Juan José Hernandez

lunes, 21 de mayo de 2007

El Caballero del Verde Gabán


“En estas razones estaban cuando los alcanzó un hombre que detrás de ellos por el mismo camino venía sobre una muy hermosa yegua tordilla, vestido un gabán de paño fino verde, jironado de terciopelo leonado, con una montera del mismo terciopelo; el aderezo de la yegua era de campo, y de la jineta, así mismo de morado y verde. Traía un alfanje morisco pendiente de un ancho tahalí de verde y oro, y los borceguíes eran de la labor del tahalí; las espuelas no eran doradas, sino dadas con un barniz verde; tan tersas y bruñidas, que, por hacer labor con todo el vestido, parecían mejor que si fuera de oro puro".

Don Quijote de la Mancha
Miguel de Cervantes
El personaje descrito con detalle es Don Diego de Miranda. El gabán que llevaba este hidalgo era el llamado gabán lombardo, especial para cabalgar, ya que en lugar de mangas colgantes tenía unos haldones que cubrían las manos que llevaban las riendas del caballo. Además, estaba abierto por delante y, en los costados las aberturas se abotonaban hasta algo más arriba de las rodillas.
El gabán de Don Diego de Miranda era de fino paño verde, el color preferido para los trajes de camino. El paño de Segovia era el tejido más preciado. Para lograr más vistosidad, el gabán de Don Diego estaba jironado de terciopelo morado, haciendo juego con la montera, tocado blando y flexible.
Los borceguíes iban a juego con el resto de la indumentaria, estos borceguíes, de origen morisco, llegaron a ser calzado típico del jinete hispano; eran cerrados hasta arriba, no subiendo por encima de la rodilla, estaban doblados en la parte superior, eran ajustados, de piel flexible y podían estar teñidos de los más diversos colores.

sábado, 19 de mayo de 2007

La Gazette du Bon Ton

tu vas trop vite mamam...
A lo largo de los primeros años del siglo XX, prácticamente toda la alta moda se originó en Paris y en menor medida en Londres. Las revistas de moda de otros países enviaban editores a los espectaculares desfiles de Paris y los departamentos de moda de las tiendas enviaban compradores que copiaban y robaban abiertamente las líneas de estilo y el corte. Tanto en los talleres que fabricaban trajes a medida, como en las tiendas de ropa lista para usar aparecían las últimas modas de París, adaptadas a las características económicas y cotidianas de los clientes.
Cuando las revistas comenzaron a incluir fotografías de moda se volvieron aún más influyentes que en el pasado. En las ciudades alrededor del mundo estas revistas tenían un gran efecto en el gusto público y eran muy solicitadas. Ilustradores talentosos como Paul Iribe, Georges Lepape, Erté, y George Barbier dibujaban cuadros de modas exquisitos para estas publicaciones. Para ese entonces, la revista de moda más famosa del momento era La Gazette du Bon Ton, que había sido fundada en 1912 por Lucien Vogel y regularmente publicada hasta 1925, con la excepción de los años de la guerra.


Éramos ilustraciones para La Gazette du Bon Ton. Éramos dibujos de Paul Iribe. Y fotografías en gelatina de plata. O unas copas Dadá de cristal. Eramos tan modernas…

Nicolás Peyceré
Los días sentimentales

viernes, 18 de mayo de 2007

Maestros: Lilly Dache

En los años 20, cuando los sombreros eran considerados hasta más importantes que los vestidos, Lilly Dache reinó en Nueva York. Entre sus clientas se encontraba lo más granado de Hollywood.
Allí fue la responsable de las torres-turbantes de Carmen Miranda
En los 50 se permitió crear sombreros de líneas extravagantes. Lilly Dache fue la más grande durante tres décadas. Además escribió algunos libros como «Talking through my hats». En sus últimos años se dedicó al interiorismo, la escultura y el macramé, además del diseño de complementos de golf para hombre. Pese a que la época dorada del sombrero ha quedado atrás, gracias a ella, las cabezas nunca han vuelto a ser las mismas.

jueves, 17 de mayo de 2007

Viejas portadas


La "biblia de la moda" hace su aparición en 1892. Es la primera revista norteamericana que conquista Europa. Editada desde 1908 por Condé Nast llega a Inglaterra en 1916 y a Francia en 1924.

miércoles, 16 de mayo de 2007

Historias de Hollywood IV

Aunque Audrey hizo de Givenchy su diseñador fetiche, otros trabajaron con ella en diferentes filmes. María de Matteis la convirtió en la Natacha de "Guerra y Paz", de King Vidor, y una pléyade de estrellas del diseño de finales de los años sesenta (entre ellas, Mary Quant y Paco Rabanne) se pusieron a su servicio en "Dos en la carretera". Un caso aparte es el del genial Cecil Beaton, autor del vestuario y la escenografía de "My Fair Lady". Para Eliza Doolittle, que en manos del profesor Higgins pasará de ser una florista a una espléndida dama de sociedad, Beaton ideó una batería de trajes espectaculares, algunos de ellos inspirados en creaciones de quien era, a principios del siglo XX, el tirano de la alta costura: Paul Poiret. Poiret, por cierto, fue responsable del vestuario de Sarah Bernhardt en la película La reine Elizabeth, rodada en 1912. Con sus diseños para My Fair Lady, el fotógrafo Beaton consiguió su segundo Oscar al mejor vestuario. El primero le había llegado seis años antes con Gigi: el papel que había puesto a Audrey Hepburn en el camino de Hollywood.

martes, 15 de mayo de 2007

Moda Cobra

(Cobra) Con casabe quiso vestirse, con maderos mordidos por careyes esculpirse coturnos, con hojas de tabaco, caimitos y mangos armar un sombrero alto y jarifo como una giralda, con estatuillas taínas collares quebradizos y pulsos de fetiches frágiles que fueran saltando en ciscos a la sorpresa de los gestos.

Cobra.
Severo Sarduy

viernes, 11 de mayo de 2007

Ninotchka

-¿Qué es eso?

-Es un sombrero, camarada. Un sombrero de mujer.

-¿Cómo sobrevive una civilización que permite que sus mujeres se pongan esas cosas en la cabeza?

...

Greta Garbo en Ninotchka
1939. E. Lubitsch
Vestuario: Adrian

jueves, 10 de mayo de 2007

Las vestiduras de los ángeles

Puesto que los ángeles tienen el aspecto de hombres y viven entre ellos como los hombres de la Tierra, usan vestiduras, poseen casas y otras cosas similares, con la única diferencia de que entre ellos todo es más perfecto.
Las vestiduras que poseen los ángeles, como el resto de las cosas angélicas, están sujetas a las correspondencias, y existen realmente. Sus vestiduras se corresponden con su inteligencia, y esto ocurre así debido a que en los Cielos el aspecto de todas las cosas está en estricta relación con la inteligencia. Puesto que existen diferencias de inteligencia entre unos y otros, se deduce que las vestiduras de unos sean más bellas que las de otros. Los más inteligentes poseen vestidos fulgurantes como una llama. También están quienes los llevan brillantes como la luz. Los menos inteligentes poseen vestiduras blancas cuyo esplendor es menor; y aquellos que son menos inteligentes aun, visten ropajes de diversos colores. Sin embargo, los ángeles del Cielo profundo están desnudos.
Las vestiduras de los ángeles también guardan relación con la verdad, ya que la inteligencia procede de la divina verdad. Si las vestiduras de unos resplandecen como la llama y las de otros brillan con las fuerza de la luz, es debido a que la llama corresponde a la bondad y la luz corresponde a la verdad. Si otros tienen vestiduras blancas sin esplendor alguno, e incluso hay ángeles que visten ropajes de diversos colores, es porque la bondad divina y la divina verdad brillan menos y son recibidas de diferentes maneras por aquellos que son menos inteligentes. Si en el cielo profundo los ángeles permanecen desnudos, es debido a que están en un estado de inocencia, y la inocencia se corresponde con la desnudez.
Las vestiduras de los ángeles no aparecen como simple indumentaria, aunque lo sean realmente. En efecto, no solo entran por los ojos, sino que los vestidos también pueden ser oídos y tocados. Los ángeles tienen muchas vestiduras, y todas constituyen una donación del Señor.

Emanuel Swedenborg
Arquitectura del cielo.

martes, 8 de mayo de 2007

Maestros: Sonia Delaunay

Sonia Terk nació en 1885 en Gorodisce, Ucrania. Pasó su infancia en San Petersburgo y se trasladó a París en 1905 inscribiéndose en la Académie de la Palette. Tras un corto matrimonio con Wilhem Uhde se casó con Robert Delaunay en 1910, colaborando con él en el desarrollo del Orfismo y realizando un tipo de pintura pura y abstracta donde el color es a la vez forma y tema. Inspirada en las formas del cubismo y en los colores de Paul Gauguin y Vincent van Gogh desarrolló un estilo basado en la yuxtaposición o “contraste simultáneo” de colores puros rotos en prismas. Se la considera la reina del art déco.
Expuso pinturas, telas y encuadernaciones realizadas con esta técnica.
Durante la década de 1920 trabajó en tejidos y tapices estampados a mano y como diseñadora produjo un fuerte impacto en el mundo internacional de la moda: sus telas pintadas a mano con colores brillantes revolucionaron el diseño textil.
Trabajó como diseñadora de decorados y vestuario para los ballets rusos de Diaghilev
establecidos en Paris y se integró al ambiente de los surrealistas.
En 1964 se expuso en el Musée du Louvre una donación de 49 obras de Robert y 58 de Sonia que había recibido el Musée National d’Art Moderne de París, así Sonia Delaunay se convirtió en la primera mujer que vio en vida sus cuadros expuestos en el Louvre.
Murió en París en 1979.