domingo, 25 de septiembre de 2011

Pantalones Oxford



Los jóvenes siempre trataron de diferenciarse de sus mayores y establecer sus propias modas. Ya en los años veinte los estudiantes de Oxford y Cambridge violaban  por primera vez  la práctica de Eduardiana de usar diferentes tipos de vestimenta para distintos momentos del día.
En 1924 en la Universidad de Oxford, un pequeño grupo de estudiantes varones comenzaron a usar unos pantalones que nunca habían sido usados ​​por sus padres. 
Conocidos como “bolsas de Oxford” por su aspecto excesivamente ancho, estos pantalones podían deslizarse sin esfuerzo sobre la ropa interior tabú.



El estilo fue inventado por Harold Acton  en su viaje a Oxford, quien supuestamente se inspiró en el tipo de pantalones que los remeros llevaban sobre sus pantalones cortos.
El estilo pronto atrajo la atención de los estudiantes universitarios estadounidenses, particularmente los asistentes de la Ivy League, las universidades de mayor prestigio académico y social.


Debido a su naturaleza excesiva los pantalones Oxford nunca se convirtieron en una moda general y perdieron su atractivo a finales de la década de 1920. Sin embargo, en distintas versiones han vuelto en reiteradas ocasiones y se han puesto de moda entre los jóvenes:  el pantalón zoot suit popular entre los jóvenes varones afroamericanos durante 1930 y 1940, los pantalones acampanados durante la décadas de 1960 y 1970 y los pantalones oversized de patas anchas ​​de los adolescentes de los ´90.

El estilo también hizo una reaparición en 1970. Una popular banda de chicos The Bay City Rollers llevaba una variante de pantalones Oxford con adornos de cuadros escoceses.






domingo, 11 de septiembre de 2011

Guardapolvos blancos

En nuestro país no hay otro símbolo equivalente de lo que representa la escuela pública que el guardapolvo blanco.

En la época de D. F. Sarmiento se creía que era malo obligar a usar cualquier tipo de uniformes por el costo que implicaba para las familias, lo que pondría más obstáculos para la asistencia a la escuela. Sólo a principios del siglo XX se empezaron a usar. La idea era proporcionar un vestuario económico, higiénico y democrático que acompañara la expansión de la escuela.


Uno de los tantos que se postula como inventor de los delantales blancos es Pablo Pizzurno, por aquel entonces Inspector General de Escuelas para la Capital Federal que formuló su queja sobre los vestidos lujosos que usaban las alumnas para ir a la escuela en 1904. Según Pizzurno, reiterando un tema central de la moralidad de la época, había que sospechar del lujo y la ostentación en las mujeres, porque se centraba en la frivolidad y porque el amor a los vestidos caros potencialmente podía llevar a oficios non sanctos. Según Pizzurno, las mujeres, naturalmente débiles de carácter y con tendencia a la superficialidad, eran más pasibles de caer en tentaciones que los hombres; y por eso su apariencia debía regularse con mucho más celo, también, por supuesto, para garantizar su "decencia" y su pudor. La queja sobre la peligrosidad del lujo y la ostentación lo llevó a recomendar el uso del delantal igualador, tomado al parecer de una clase de trabajos manuales, "con las ventajas de todo orden, morales, económicas, higiénicas y hasta estéticas que se le reconocen".


En 1915 se promulga un decreto que no sólo autoriza sino que recomienda el uso de delantales blancos para el personal docente de las escuelas de la Capital. Se lo consideró "buena práctica", porque "además de inculcar en los niños la tendencia de vestir con sencillez, suprimirá la competencia en los trajes entre el mismo personal."
Los delantales rápidamente "colonizaron" las formas de vestirse de los niños y los adultos en las escuelas públicas. El camino hacia la uniformación del vestuario ya estaba pavimentado.


Los relatos de quienes sostienen haber inventado los guardapolvos hablan de la disponibilidad de las telas blancas y de su costo más bajo, algo que debería ser contrastado con una historia de la industria textil que aún no ha sido escrita. Se creía que el blanco era el mejor color para la ropa higiénica, porque es un buen conductor del calor y porque es liviano; también fue el centro de la "estética de lo lavable" que prefería las superficies lisas y claras para garantizar la limpieza.
La historia de los guardapolvos escolares no es solamente la de la democratización de la escuela; los guardapolvos también fundaron exclusiones e impusieron jerarquías y desigualdades de género, sociales, raciales y culturales.
Habría que interrogar estas apariencias y formas del vestir en la escuela y pensar acerca de la justicia y la libertad que promueven.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Desfile eclesiástico. Roma. F. Fellini



Entre el documental y el ensueño mágico de sus imágenes, "Roma" de Federico Fellini propone un fascinante recorrido por la capital italiana.  
Con motivo de la construcción del metro, las máquinas descubren una vieja casa enterrada, en cuyas paredes cuelgan unos frescos. Una de las pinturas representa a una vieja dama, perteneciente a la rancia aristocracia romana, que organiza en su casa unos desfiles de moda muy originales: es la moda de los hábitos de la Iglesia. Un desfile bufonesco en el que se deja constancia del inmovilismo católico.

El universo filmado en  Roma es un lugar de la memoria, una experiencia subjetiva de la capital italiana. La visión personal -donde presente, pasado y fantasía conviven simultáneamente- se impone sobre la rigurosa reconstrucción histórica (el macabro desfile eclesiástico carece de fuentes fidedignas más allá del genio felliniano)

Roma (1972)  Federico Fellini
Decorados y Vestuario: Danilo Donati

lunes, 5 de septiembre de 2011

Modas erógenas


No es para nada extraño que cuando el vestido inaugura una nueva motivación, exagere en demasía la función que esta ejerce. Cuando surgió el fenómeno de la moda hacia 1350 - 1370 la estrenada función de expresión de la naturaleza sexual a través del vestido, se mostró en vientres prominentes que simulaban embarazos como el de la señora Arnolfini en la pintura de Van Eyck, o en grandes escotes y profundas quillas que señalaban zonas erógenas femeninas.


Las prendas masculinas ostentaban en cambio mangas y calzones con rellenos para acentuar la virilidad.
Susana Saulquin   
La moda, después   

jueves, 1 de septiembre de 2011

La loba. Bette Davis

Si hubo alguna vez en Hollywood una actriz capaz de bordar, como nunca antes lo había hecho nadie los papeles de malvada esa fue, indiscutiblemente Bette Davis.

Hollywood - Los Angeles, California, 1941.
William Wyler dirige para Samuel Goldwyn el drama americano The Little Foxes.
La estrella: Bette Davis. El vestuario: Orry-Kelly.

  
Las leyes de conservación de California impiden el uso de los pájaros disecados en los sombreros.
Frente a tal prohibición Orry-Kelly toma prestada una paloma blanca, el epítome del arte taxidermista, del Museo de Louisiana. 
Puede verse aqui sobre un sombrero con velo.



Bette Davis es "el ave rapaz" Regina Giddens

"dice el Señor, matad a la loba que se come nuestras vides, y nos roba nuestros racimos de uva"