domingo, 30 de septiembre de 2007

El ajuar de los niños

(una) túnica de color gris, el cabello corto y un adorno de plumas blancas, sostenido por una honda de lana enrollada alrededor de la cabeza, sandalias de cuero y una chuspa tejida con lana de varios colores.
quemada por un rayo, sentada con las piernas flexionadas, el rostro alto.
(ella) un vestido de color marrón claro ajustado en la cintura con una faja multicolor, un manto sostenido por un prendedor de plata a la altura del pecho, el cabello lacio, dos trenzas,
como sinónimo de belleza y jerarquía: el cráneo de forma cónica.
(tres) un vestido de color marrón claro ajustado en la cintura por una faja con dibujos geométricos, un manto gris con guardas rojas sostenido por un prendedor de plata a la altura del tórax.
el rostro pintado con pigmento rojo

Llullaillaco

viernes, 28 de septiembre de 2007

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Disfraces del dolor

De un tiempo a esta parte las personas más modestas confeccionan trajes que recuerdan sucesos especialmente sangrientos de la revolución cultural. Muchos han ido recolectando, con paciencia, retazos de uniformes militares para recrear los trajes utilizados por los comisarios del pueblo en los momentos más crudos de las razzias emprendidas para limpiar la sociedad.

Mario Bellatin
La escuela del dolor humano de Sechuán

martes, 25 de septiembre de 2007

Drag

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-¿Por qué se maquillan, se pintan las uñas, se criban de aros?
-Enfatizamos la imagen porque si los pibes se parecen a nosotros, esto es una etapa en su camino para individuarse. No pienso que quieran ser como yo. Más bien, sólo quieren mostrar que no son como cualquiera. No creo que estén tratando de volverse copias de a uno por uno. Nuestro aspecto es una expresión de nuestra manera y pienso que los chicos lo eligen por un motivo, para manifestar que no quieren ser papeles de la moda. Lucir como nosotros no es estar a la moda. Aprenden que pueden expresar su sentir de cualquier manera. No escuchen a las estrellas, ni a los padres, ni a nadie... ¡Hagan lo que quieran!
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El diablo en el pelo
Roberto Echavarren

lunes, 24 de septiembre de 2007

Rose Bertin, Ministra de modas II

Rose Bertin comenzó su carrera haciendo sombreros en Paris alrededor del 1770, captando la atención de la duquesa de Chartres, quien se volvió su clienta y la presentó a la emperatriz Maria Teresa. La reina húngara estaba a disgusto con el estilo de vestidos usados por su hija, Marie Antoniette y Rose Bertin fue comisionada a transformar a la mujer que se convertiría en la mas extravagante y famosa reina de Francia.
Los trajes de Rose para la delfina deslumbraron a la corte francesa, mas incomodaban a la emperatriz (Maria Teresa), quien se lamentaba diciendo que su hija ahora vestía tan exageradamente como una actriz en escena.
A medida que la reina Maria Antonieta dedicaba mas tiempo y dinero a la moda y sus extravagancias rozaron el nivel del escándalo nacional, el salón de Rose Bertin se volvía el centro de moda de Paris. No solamente vestía a Maria Antonieta dos veces a la semana creando nuevos diseños sino a la mayoría de la aristocracia francesa, a la reina de Suiza, de España, la Duquesa de Devonshire y a la Zarina de Rusia.
A principios del mes de Junio de 1791, previo al plan de escape de Maria Antonieta y su esposo, arreglado para el 20 de ese mes, la reina ordenó a Rose Bertin una gran cantidad de trajes para viajar. El descubrir la orden, se cree, fue la confirmación de la sospecha del plan de escape de la familia real fuera de Francia.
La reina y su esposo fueron capturados, encarcelados y guillotinados. Rose Bertin se fue a Frankfurt, luego se mudó a Londres, donde continuó diseñando para la nobleza europea y asiática.
Rose Bertin murió en 1812 durante el reinado de Napoleón Bonaparte. Su fama mundial hizo llamar la atención sobre las personas que diseñaban trajes y en Paris, los salones y diseñadores comenzaron a colocar etiquetas con sus nombres en las prendas de vestir.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Hilvane y arme la prenda según las explicaciones del modelo

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Era casta de soledades. La conocían todos. Alta y delgada, como una aguja: hace la ropa, pero no la visten.
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Quiso ser modista y terminó de costurera.
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Pasaba la tarde entre ojales y rebajes, únicamente para matar el tiempo. Las señoras nunca se quejaron, salvo de un retraso.
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Matías Celedón
Trama y Urdimbre

martes, 18 de septiembre de 2007

Joan Crawford

Tenía un ropero para vestidos de noche, otro para trajes casuales y varios para albergar su vasta colección de sombreros, zapatos y carteras. Este esquema debe ser multiplicado por tres, ya que ademas de su residencia en Hollywood, se repetía en sus departamentos de Londres y París. Se cambiaba de ropa diez veces por día y viajaba con 35 valijas. Cuando encontraba el sombrero más adecuado, lo hacía copiar en doce colores. Su fama de bebedora queda confirmada por la existencia de cien petacas que hacían juego con la tela de cada uno de sus trajes. Organizaba fichas técnicas para que sus mucamas no cometieran ningún sacrilegio a la hora de ordenar sus conjuntos
Bien valen sus consejos: Encuentre su propio estilo y tenga el coraje de seguirlo.

Elija la ropa más acorde para su estilo de vida.

Busque los colores más felices

Cuide a su ropa tanto como a sus mejore amigos

jueves, 13 de septiembre de 2007

Maestros: Vreeland

"Con la pelvis proyectada atrevidamente hacia adelante en un grado que produce asombro, y con el torso doblándose hacia atrás en un ángulo de cuarenta y cinco grados, Mrs Vreeland invita a compararla con una dama medieval y, en efecto, necesita sólo el alto cucurucho sobre la cabeza con su velo pendiente. Puede ser que se matriculara en aquella era de Gatsby, cuando las mujeres querían que sus cuerpos se parecieran lo máximo posible a los espárragos hervidos, adoptando la forma de cualquier sofá en el que pudieran sentarse"

Cecil Beaton, El espejo de la moda

martes, 11 de septiembre de 2007

Historias de Hollywood IX

Al hablar de moda y cine, es obligado citar al famoso triunvirato: los diseñadores Adrian, Travis Banton y Orry Kelly. Todos desembarcaron en Hollywood en torno a los años treinta, y llegaron a manejar un presupuesto anual de más de seis millones de dólares. Aunque trabajaron en centenares de filmes, sus historias estuvieron ligadas al nombre de determinadas actrices. En el caso de Orry Kelly, sus principales valedoras fueron Bette Davis (a quien vistió en Jezabel) y Dolores del Río. Katharine Hepburn guardaba de él un recuerdo especial, ya que diseñó el vestuario de su primera obra en Broadway, y lo mismo Shirley McLaine, para quien trabajó en "Irma la dulce". También fue el artífice del vestuario de dos películas míticas: "Casablanca" y "Un americano en París", por la que en 1951 recibió el primero de sus cuatro Oscar.

lunes, 3 de septiembre de 2007

Estreno. Nueva Temporada

Desde el 7 de septiembre, todos los Viernes 21 hs.
El Camarín de las Musas
Mario Bravo 960
Reservas: 4862-0655

domingo, 2 de septiembre de 2007

Sexo, perfumes y censura

Nacida el 17 de agosto de 1893 en Brooklyn, la niña prodigio del Vaudeville, se hizo enormemente popular en 1918, imponiendo un baile de moda: el “shimmy”. Comenzó su carrera filmográfica en 1932 cuando obtuvo un pequeño papel en Noche tras noche. Aparentemente ella no estaba contenta con su papel y se le dio la oportunidad de reescribir todos sus diálogos. Como resultado, Miss West se robó el show en cada una de las escenas. Escribió comedias, una de las cuales fue muy notable por el tremendo escándalo que provocó (ella fue encarcelada), así como por el tiempo en el que fue realizada. Después de todo, ¿cuán seguido se oyó de una comedia llamada Sexo en el año 1926? Esta era la audacia típica de Mae West. Los cineastas americanos encontraron en Mae, una riesgosa e independiente mujer, envuelta en joyas y disfrutando de la vida. El clima político-religioso de la época, vio su abierta sexualidad como pornografía e intentaron censurar sus películas. Will Hays, quien había comenzado a aplicar el Código de Producción, vio a Mae West como una amenaza a la moralidad de la nación. La transición del cine mudo al sonoro fue un desafío que Mae West aceptó y ganó, imponiendo un personaje de rubia y desenfadada sensualidad, lleno de humor, que la convirtió en el símbolo sexual de su época. Los ataques de la prensa, las envidias de algunas de sus colegas, la censura y las ligas puritanas lograron que en 1938 abandonara el cine. Para la época en la que se retiró de la pantalla grande, había hecho ya nueve películas, de las cuales había escrito o participado en el guión de cinco de ellas. Su popularidad había alcanzado un nivel suficientemente alto como para sacar de la cercana bancarrota a los estudios Paramount.
En aquellos años 30, la rival número uno de Chanel, Elsa Schiaparelli, reintrodujo las curvas y los colores eléctricos en la moda. Su perfume más conocido, Shocking, recibió su nombre en honor al color de su preferencia y su botella en forma de cuerpo fue inspirada en el busto de Mae West, a partir del maniquí sobre el que la diseñadora daba forma a las creaciones que lucia la estrella en los estudios de Hollywood.