domingo, 9 de diciembre de 2007

El arte de estar solo

…una hermosa mañana, ya no sé exactamente a qué hora, al venirme en ganas dar un paseo, me planté el sombrero en la cabeza, abandoné, el cuarto de los escritos o de los espíritus, y bajé la escalera para salir a buen paso a la calle.
...Sombrero azul imaginario en la cabeza y directo a la calle. El arte de estar solo. Pensando en ese arte fui luego cruzando por lugares agrestes y tempestuosos que comenzaron a alternarse con otros que eran plácidos y me parece que absurdos. Y así, pensando en el arte de estar solo, llegué justo al mediodía, soñándome vestido de montañero, con un bastón en una mano y en la cabeza un sombrero azul.
...Bastón imaginario. Sólo en mi chaleco montañés se unían lo imaginario y lo real: cosido a ese chaleco, en forma de impecable cheque bancario, llevaba mi dinero ahorrado rumbo al ancho, fresco y luminoso mundo de la nada.

lineas de El mal de Montano
Enrique Vila-Matas

1 comentario:

Patri Jorge dijo...

sí, sí que lo es...todo un arte estar solo, y ese perfil imaginario que nos ha narrado....Saluditos