viernes, 27 de marzo de 2009

Safo va a Hollywood. 4-Final. El corazón miente

De vuelta en Hollywood, la ciudad se maravilló ante la evidente nueva felicidad de Garbo, y debatía los encantos de su nueva novia. Rápidamente, la influencia de De Acosta se hizo sentir en la vida de Garbo. La persuadió de alquilar una casa más luminosa, más lujosamente amueblada en North Rockingham Road, en Brentwood –a sólo una cuadra de la casa de De Acosta–, con una cancha de tenis y un parque que daba al cañón y las montañas. Las amantes fueron dichosas... por un rato. De Acosta y Salka Viertel rápidamente se convirtieron en rivales tanto por el corazón de Garbo como por el privilegio de trabajar en sus guiones. En los enfrentamientos que mantuvieron, Viertel, una estratega superior, ganó muchas batallas. A principios de los ‘40, Viertel era una ganadora tan clara que De Acosta se mudó nuevamente a Nueva York. Ahora, las ocasionales cartas de Garbo simplemente asignaban a De Acosta quehaceres domésticos como la compra de chinelas y tintura para telas. Pero años más adelante, en esa misma década, las cartas de Garbo se volvieron amables, tiernas y bromistas. Se dirigía a su antigua amante como “Cariño”, “Pequeña”, “Dulce niña”, “Querido muchacho”. A principios de los ‘50, cuando De Acosta vivía en París, Garbo realmente estaba empezando a ponerse celosa de la nueva novia de De Acosta, Poppy Kirk. Los acercamientos entre las dos antiguas amantes declinaron y florecieron esporádicamente hasta el 1º de enero de 1960. Ese día, De Acosta publicó sus memorias: Here Lies the Heart. El libro era explícitamente discreto. Pero no para el parecer de Garbo. Cuando su autora llamó ese día de Año Nuevo, la actriz anunció categóricamente: “No quiero hablar con vos”. Y no lo hizo. Greta Garbo nunca volvió a hablarle a Mercedes de Acosta.
Del libro “The Girls: Sappho goes to Hollywood” publicado por St. Martins Press.

No hay comentarios.: