jueves, 30 de abril de 2009

Dos historias de geranios

La obra maestra entre las invenciones de papá fue la fibra de poligeranio. Obra maestra a medias fallida, como todas las suyas. […] La semilla dorada del primer geranio mutante permitía conjeturar toda una civilización de la flor y el velo, del color y la belleza. Nada de eso ocurrió. La prueba inicial fue exitosa, y con ella, una vez que hubo abandonado sus proyectos de desarrollo, papá mandó confeccionarme un vestido, que fue el primero y último y único vestido de fibra de poligeranio, y lo usé hasta que crecí y me quedó chico. En realidad no fue la única prenda que se hizo con la tela de prueba: sobró una tira, a la que mi papá le hizo coser un prolijo dobladillo para usarlo como pañuelo al cuello. El poligeranio era un aislante perfecto, y él no se sacó más el pañuelito, ni invierno ni verano. Como yo tampoco me sacaba nunca mi vestidito, hubo otro elemento de unión entre nosotros dos, aunque estuviéramos separados.
"Yo era una niña de siete años". César Aira
Lisovika es una criatura sobrenatural de la mitología eslava. Vive en un lugar apartado, en el bosque, y cuando se endemonia, provoca tormentas y rompe árboles. Según los polacos Lisovika es una mujer con cuernos de ciervo que lleva un vestido de hojas y flores negras de geranio. Es la reina del bosque, controla todo lo que la rodea. Su lema es: "he ido, he encontrado, y he perdido". Desconcertar a las personas es su juego favorito; si la persona da una vuelta a su alrededor puede perder su personalidad. Para dispersar esa brujería hay que ponerse la ropa al revés y no tener miedo al ridículo, ni a lo que digan los demás. El maniquí con cuernos reales de ciervo, cubierto con 40.000 cristales negros, lleva un vestido de hojas naturales de geranio hechas con polvo de ágata negra combinados con látex. Obra del artista polaco Piotr Rybaczek

1 comentario:

Anónimo dijo...

Preciosa.....