viernes, 23 de julio de 2010

Dedales


El dedal tiene su origen en los comienzos de la civilización. Tallados en piedra, bronce, hueso o marfil, el dedal ayudó a los hombres primitivos a impulsar agujas a través de las pieles de animales para la confección de ropa. Desde ese momento los dedales se han creado de todos los materiales imaginables. Ya en las tumbas de los faraones se hallaron pequeños dedales de cuero utilizados por las reinas egipcias, muy hábiles en el arte de coser y de bordar.
En China, las damas de la más alta sociedad usan dedales de gran valor, a veces hechos de perlas, especialmente trabajadas y adornados con oro cincelado. Durante la Edad Media, las damas aguardaban bordando el retorno de los caballeros ausentes que participaban de las Cruzadas.

 
El invento de las agujas de coser determinó el invento de los dedales. Nuremberg ya tenía dedaleros en 1380, que vendían en todo el territorio bávaro. 
La leyenda dice que el dedal, tal como se conoce actualmente, fue la obra de un joyero de Ámsterdam, Nicolás Van Beuschooten, quien en 1648 fabricó y regaló a la señora Van Reusselar en ocasión de su cumpleaños una carta  acompañada  del presente, en ella el joyero suplicaba a la dama aceptar ese homenaje para protección de sus dedos, a pesar de su reconocida habilidad para manejar las agujas. En Nuremberg, así como en Ámsterdam y en  Colonia, los dedales se fabricaban a mano, pero en el año 1696 se inventó una máquina para su fabricación en serie y a precios relativamente bajos.


Desde finales del siglo XVI los dedales fueron considerados como objetos de arte. Se los entregó como prueba de amor durante la época victoriana en una sociedad que desalentaba los regalos personales  entre hombres y mujeres.
El término " llamar con el dedal " fue utilizado por las damas de la noche en sus rondas, al golpear en el cristal para atraer la atención de los hombres que pasaban por allí.
En 1800 se utilizaba un dedal como medida de whisky o vaso de alcohol, acuñando la frase: "sólo un dedal".
Durante la Primera Guerra Mundial los dedales se convirtieron en un tipo de moneda. En Inglaterra, alrededor de 400.000 libras esterlinas en dedales fueron donados y se fundieron con el fin de comprar material necesario para los hospitales. Después de la guerra los dedales se convirtieron en un  souvenir  y  un popular medio de publicidad. 

  El dedal para hombre (sastre) tiene forma de un pequeño cono trunco hueco y abierto en ambos extremos, mientras que el dedal para mujer (modista) está cubierto en su parte más angosta, interiormente es liso y exteriormente tiene pequeños dibujos; es ahí donde se apoya la parte inferior de la aguja cuando se cose, evitando así el riesgo de lastimarse con el reiterado contacto

1 comentario:

Lilia Muñoz dijo...

Fascinante. Atesoro dos dedales de mi madre, que ya no está. No tienen un gran valor pecuniario, pero son bellos.
Siempre me he preguntado por qué no se los ha destacado más en las memorias de la historia de los objetos.
Esta nota me ha emocionado. Muchas gracias.