El origen del jersey proviene de la abreviatura popular de: “[mar]chand d'ail”, que es lo mismo que mercader o vendedor de ajos o, genéricamente, verdulero, frutero, en alusión al jersey de canalé que llevaban los vendedores de hortalizas de Les Halles.
La palabra apareció hacia 1893, e hizo reír a todo el mundo, pero lanzó definitivamente la moda de los tejidos de punto para el deporte.
El jersey era muy práctico por su capacidad de mantener el calor. Por ello, cuando estalló la I Guerra Mundial se decidió que los soldados debían llevarlo, y las mujeres de la retaguardia se precipitaron patrióticamente sobre la lana y las agujas, dedicándose a unas labores de punto que, hasta entonces, se consideraban pueblerinas. Con las canastillas de bebé a la inglesa, el punto invadió las cunas y, para 1920, las playas del Canal de la Mancha rebosaban de mujeres con bolsas de labores repletas de ovillos.
Las primeras prendas tricotadas de jersey aparecieron en el siglo XVII en las islas británicas del Canal: Jersey y Guernesey, donde las elaboraban a mano las mujeres de los pescadores y marineros. Según se cuenta, cada familia tenía su estilo y color, que la diferenciaba de los otros. Así, los pescadores que morían ahogados en el mar, eran fácilmente reconocidos por sus familiares cuando el cadáver llegaba a la orilla. Las prendas de punto continuaron siendo únicamente para campesinos y pescadores, hasta que en la segunda mitad del siglo XIX, con la práctica del deporte, las prendas tricotadas adquirieron gran popularidad y la palabra jersey se convirtió en sinónimo de prenda de punto. Por las mismas fechas llegó también a América, y los deportistas lo adoptaron con el nombre de sweater (el que suda, sudadera), término acuñado por los sudorosos atletas de las escuelas americanas.
1 comentario:
Me ha parecido extraño que el jersey surja en 1893 en Francia y después su historia retroceda al siglo XVII a Jersey.
Buscando info en Internet el origen del jersey hay que buscarlo en la isla de Jersey, como indica la propia palabra.
No hay que ser un gran filólogo para percatarse que "(mar)chand d'ail" es el origen de otra prenda: el chándal.
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