"Con la pelvis proyectada atrevidamente hacia adelante en un grado que produce asombro, y con el torso doblándose hacia atrás en un ángulo de cuarenta y cinco grados, Mrs Vreeland invita a compararla con una dama medieval y, en efecto, necesita sólo el alto cucurucho sobre la cabeza con su velo pendiente. Puede ser que se matriculara en aquella era de Gatsby, cuando las mujeres querían que sus cuerpos se parecieran lo máximo posible a los espárragos hervidos, adoptando la forma de cualquier sofá en el que pudieran sentarse"
Cecil Beaton, El espejo de la moda
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