martes, 27 de mayo de 2008

El límite es el cielo

“El límite es el cielo” le dijeron al diseñador Adrián cuando llegó a los estudios de la Metro, pero el límite era la pantalla. Porque vestir a una estrella significaba hacerlo en función de lo que podía verse a través de la cámara y del revelado final y no de las exigencias del ojo callejero. Si la belleza de las divas de Hollywood era más producto de la luz que de las formas de la carne, el vestuario era un argumento: más que vestir, tallaba, más que seguir los contornos de un cuerpo perfecto, lo construía por partes en un mapa complejo de cortes, pinzas y fruncidos.

1 comentario:

Andrea Martínez Maugard dijo...

La foto está preciosa, creo que la gurdaré para copiar el diseño en alguna ocasión jejje