martes, 21 de abril de 2009

Infinita variedad femenina

El ropaje se asocia con la magia, que no sólo cambia el perfil de la persona sino también le da aliento, confianza y fe; sin duda alguna, un vestuario precioso debe de ser una terapia espiritual tanto para los tristes como para los enfermos. Los encajes, los listones, las rumorosas enaguas, las trenzas, los huipiles, los tocados tehuanos enmarcando como lunas ese rostro de mariposa oscura, dándole alas: Frida Kahlo, diciéndonos a todos los presentes que el sufrimiento no marchitaría, ni la enfermedad haría rancia, su infinita variedad femenina. (Carlos Fuentes) Según los criterios y la estética dominantes, las enaguas, encajes, mantillas, puntillas, lentejuelas, collares, aros, etc. son propios del atuendo femenino, mientras que los pantalones, los chalecos, las corbatas, etc. son masculinas. Jugando con los criterios y la estética dominante, la “infinita variedad femenina” de Frida Kahlo envuelta en el suntuoso traje de tehuana ostenta un signo masculino, el bigote. No con la intención de las criollas que en los retratos virreinales aparecen con un ligero bigote como señal de su ascendencia blanca que las distinguía de las lampiñas indígenas, sino para revelar su dimensión masculina. Frida era muy bella. O era más que bella: era tremenda. Tenía unos ojos feroces y maravillosos, una boca perfecta, el entrecejo hirsuto, un bigote apreciable. (Montero)

1 comentario:

Mtz dijo...

Buenísimos tus 3 artículos sobre Frida Kahlo, me has hecho amarla más..

Hay una frase que me recordó la imagen que tienes de Frida con Diego en la frente, una frase que está escrita en la casa azul de Coyoacán, en e D.f., haciendo referencia a las relaciones extramaritales que sostenía Diego y a la infinita libertad y amor que reinaba en la relación de ambos.

“Quizá esperen oír de mí lamentos de lo mucho que se sufre viviendo con un hombre como Diego. Pero yo no creo que las márgenes de un río sufran por dejarlo correr.”