
Y sin embargo, encuentro jóvenes que son bien hermosas y dejan ver variados y atractivos músculos y delicados huesos, y tersa piel, y masas de finos cabellos, y que, no obstante, día tras día, aparecen con esta especie de disfraz natural, y siempre se apoyan la misma mano y reflejan en su espejo el mismo rostro. Sólo a veces, por la noche, cuando regresan tarde de alguna fiesta, sus vestidos parecen en el espejo raídos, deformados, sucios, ya vistos por demasiada gente y casi impresentables. .
Vestidos. Contemplación (1913)
Franz Kafka.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario