Edward Steichen (1879-1973) inmigrante nacido en Luxemburgo, desde muy joven se interesó por el nuevo arte de la fotografía, estando sus primeras obras relacionadas con el pictorialismo y el simbolismo, tan de moda a finales del siglo XIX, y en las que innovó con la técnica del fotograbado. En 1902 comenzará su colaboración con una de las figuras más importantes de la fotografía americana, el crítico y fotógrafo Alfred Stieglitz. En el año 1923 es nombrado jefe de fotografía de algunas publicaciones de la editorial Condé Nast, y abandona la fotografía artística, ésa que suponía "el arte por el arte", para centrarse en el tema que realmente le hará famoso: la fotografía comercial, a la que dedicará, a pesar de las críticas de sus antiguos camaradas, los siguientes 15 años de su vida. Steichen será, a partir de este momento, el fotógrafo de las estrellas, del lujo y del glamour. Se convierte en el hombre que lleva las creaciones de los más famosos modistos y modistas a las portadas de Vogue y Vanity Fair. Entre 1923 y 1938, por el objetivo de su cámara pasan los personajes del momento: Coco Chanel, Fred Astaire, Gary Cooper, Greta Garbo... Steichen es el gran maestro de los retratos de alta moda, a los que traslada toda su formación artística, su creatividad y su dominio del arte de la composición.