Nos hallamos en una época de proliferación y fragmentación de los cánones de la apariencia y de la yuxtaposición de los estilos más heteróclitos. Se consideran simultáneamente legítimos el modernismo (Courrèges) y lo sexy (Alaïa), las amplias superposiciones y lo ceñido, lo corto y lo largo, la elegancia clásica (Chanel) y la vamp hollywoodense (Mugler), lo ascético monacal (Rei Kawakubo) y la mujer monumental (Montana), el "look mendigo" (Comme des Garçons) y el refinamiento (Saint-Laurent, Lagerfeld), las mezclas irónicas de estilos (Gaultier) y el "look japonés" (Miyaké, Yamamoto), los vivos colores exóticos (Kenzo) y los tonos tierra. Nada está prohibido, todos los estilos tienen carta de ciudadanía y se despliegan en orden disperso. Ya no hay moda, hay modas.
Historias del vestir. Creación de modas. Arte y confección. Vestuarios, vestidos, sombreros y más...
jueves, 29 de abril de 2010
Prohibido prohibir.
Nos hallamos en una época de proliferación y fragmentación de los cánones de la apariencia y de la yuxtaposición de los estilos más heteróclitos. Se consideran simultáneamente legítimos el modernismo (Courrèges) y lo sexy (Alaïa), las amplias superposiciones y lo ceñido, lo corto y lo largo, la elegancia clásica (Chanel) y la vamp hollywoodense (Mugler), lo ascético monacal (Rei Kawakubo) y la mujer monumental (Montana), el "look mendigo" (Comme des Garçons) y el refinamiento (Saint-Laurent, Lagerfeld), las mezclas irónicas de estilos (Gaultier) y el "look japonés" (Miyaké, Yamamoto), los vivos colores exóticos (Kenzo) y los tonos tierra. Nada está prohibido, todos los estilos tienen carta de ciudadanía y se despliegan en orden disperso. Ya no hay moda, hay modas.
domingo, 25 de abril de 2010
Oscar Ennui
sábado, 24 de abril de 2010
La dinastía Westmore. Make up
Sus hijos, los mellizos Perc y Ern tenían solo 9 años cuando papá George les enseñó a fabricar pelucas. Junto a su otro hijo Mont realizó todo el maquillaje de Rey de reyes de De Mille, trabajo nada sencillo si se tiene en cuenta que el Cristo elegido por Cecil, el actor H. B. Warner, era un borracho empedernido que todas las mañanas se presentaba en el estudio abotargado y ojeroso, no precisamente en la mejor forma para convertir su rostro en emblema de santidad. Fue Mont Westmore quien depiló las cejas de Valentino y se las rediseñó , le untó los labios con vaselina para que brillasen y, le dio a Rudy Valentino su característico peinado hacia atrás y las patillas cortadas en ángulo.
domingo, 18 de abril de 2010
Anotaciones espontáneas.
jueves, 8 de abril de 2010
Punk's Not Dead!
Malcolm Robert Andrew Edwards (Londres, Inglaterra, 22 de enero de 1946), mejor conocido como Malcolm McLaren, músico y empresario, mánager y productor británico que saltó a la fama como agente del grupo de la primera ola del punk Sex Pistols, ha muerto hoy en Nueva York a los 64 años.
Malcolm McLaren, y su socia la diseñadora Vivienne Westwood, abrieron en los años 70 en Kings Road (Londres) la boutique Sex. Su hijo es hoy día el empresario creador de la sensual marca “Agente Provocateur”.
domingo, 4 de abril de 2010
Moda revolucionaria I
No existe otro país y momento histórico en el cual la moda haya sido tan atacada como en la Rusia revolucionaria. La moda era esencialmente un fenómeno burgués y siendo así se esperaba que muriera junto con la clase social que lo producía.
Más que cualquier otro objeto de la vida cotidiana, el vestido preserva simbólicamente la distinción de clases. Como se suponía que dicha diferencia no existía en la indumentaria del nuevo mundo revolucionario, tendría que abolirse.
Al igual que el ostentoso vestir de los zares, los antiguos trajes oscuros, los sombreros emplumados y bombines obviamente se oponían al naciente estilo bolchevique. Bajo tal concepción del vestir, la persistencia de una institución como la moda no podía tolerarse.
En los primeros años tras la Revolución de octubre, «la misma palabra “moda” era un insulto; se convirtió en sinónimo de prejuicio burgués y básicamente se consideraba hostil para el espíritu de la nueva sociedad»
Se consideraba prioritaria la creación de nuevos modelos indumentarios adaptados a la naciente vida revolucionaria, y su función básica sería expresar simbólicamente el agitado cambio. La idea era suprimir las diferencias sartoriales y estandarizar el cuerpo social usando un modelo de vestimenta único.
Fuente: Moda y vestido
Moda revolucionaria II
Las prendas «construidas» de Vladimir Tatlin, el fundador del Constructivismo, ejemplifican una perspectiva «antimoda». No estaba interesado en el «estilo» de sus diseños vestimentarios, más bien quería que su ropa fuera cómoda, de larga duración y fácil de fregar. El corte debía calcularse cuidadosamente para que se adecuara a todas las posiciones corporales y permitiera completa libertad de movimientos. La ubicación de los bolsillos no era el resultado de una investigación formal en la estructura de la prenda; el único parámetro tenido en cuenta era el largo de las mangas. La chaqueta de corte recto, abotonada casi hasta la garganta, tenía una extraña forma trapezoidal que se ampliaba en los hombros y se estrechaba en la cintura; los pantalones también eran estrechos pero en los tobillos. Pero la prenda más interesante de las producidas por la Sección de Cultura Material era un gabán. Para diseñarlo Tatlín apeló a criterios utilitarios para su fin último. La forma del gabán era un extraño óvalo y estaba hecho de tela impermeable. Buscando asegurarse de que sería usado en dos estaciones, le puso forros removibles: uno en franela para el otoño y otro en piel para el frío invierno ruso. Diseñó el cuello especialmente para que pudiera abotonarse hasta arriba sin necesidad de un espejo.
El guardarropa del comunista futuro debía estar determinado por la utilidad, y la primera cualidad del vestir debía ser su poder para actuar como instrumento de socialización.
El estado totalitario reclamaba no sólo el alma de sus ciudadanos sino también sus cuerpos. En la era soviética al deporte se le consideraba como un asunto de estado, era el tema preferido para la propaganda política; el ejercicio físico era casi un deber revolucionario. El «Nuevo Hombre» debía tener un cuerpo «nuevo», en buena condición física, que naturalmente estaba consagrada al servicio del estado. Por consiguiente, si el deporte se juzgaba según su utilidad social, a ello le seguía que los equipos deportivos fueran altamente apreciados puesto que se suponía que no sólo fortalecían el cuerpo del atleta sino que también reforzaban la cohesión del cuerpo social.