Theadora van Runkle es una diseñadora nata. Sin ninguna formación académica en diseño de vestuario, ni más profesión que la de ilustradora comercial, consiguió que le encargaran el vestuario de Bonnie and Clyde (Arthur Penn, 1967) gracias a la entusiasta recomendación de la diseñadora Dorothy Jeakins. La película y los asombrosos vestuarios, que recrean los Estados Unidos en los tiempos de la Gran Depresión de la década de 1930, acabarían marcando un fenómeno de moda, y le supusieron una nominación al Oscar. Theadora van Runkle recuerda a la actriz Faye Dunaway como una mujer arrebatadoramente bella y con una figura muy sensual. Las boinas (al igual que los pañuelos), que marcaban la identidad de Bonnie, significaron una verdadera tendencia de moda de finales de los años 60.
1 comentario:
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